sábado, 5 de mayo de 2018

El primer Dios del hombre

El Espíritu-Dios era fuerte, temible, poderoso. Pero se mostraba ahora dócil para él, Ashram, jefe de la tribu de los Hombres, el que había visto más de 400 lunas, el temido por su fuerza y respetado por su inteligencia.
A pesar de que el paso del tiempo lo había convertido en un anciano al que le dolían los huesos y le faltaban casi todos los dientes, el Gran Espíritu lo había elegido a él, dándole un nuevo motivo de respeto a la vista de los demás.
Ashram había aprendido a alimentar al Dios cuando éste se encontraba débil y hambriento, y sabía calmarlo cuando su esencia salvaje despertaba. Lo cuidaba, hablaba con él. Pero el anciano sabía que esto no sería suficiente para aplacar la sed del Gran Espíritu de luz. No dudaba de que llegaría el día en que reclamaría su pago. Y sería un alto precio.
El anciano colocó al Espíritu dormido en una cama de virutas de madera y sopló suavemente para llamarlo a la vida.
Y despertó.
Con su sonido crepitante.
Lo siguió alimentando con ramitas secas, que devoró con brazos inflamados de luz naranja.
La presencia del Dios se hizo patente. De repente. Y calentó el aire de la oscura cueva, formando pequeños remolinos de aire. Y todo se impregnó de su olor. Ese olor a muerte que erizaba el cabello.
El Gran Jefe lo observó, como siempre, a cierta distancia, conocedor de sus dolorosos mordiscos, con ojos desorbitados por el terror y, al mismo tiempo, atraído por su luz cegadora.

Y el Espíritu habló, en su idioma indescifrable, saltando por encima de las ramas.
El anciano sólo entendió una cosa: "algún día me cobraré mi recompensa. Y será en sangre".

domingo, 15 de abril de 2018

Batalla de ovejas mansas

Llovía.
Sin piedad de ovejas mansas.
Sin consuelo de amigos desconocidos.

Y bajo el cielo negro no eran los golpes lo que le importaban, ni las noches sin dormir, sino la fría soledad de la lucha.
La traición calaba en sus huesos hasta dejarlo anestesiado al dolor, propio y ajeno.

Se sentó sobre el barro a descansar, mientras con una mano que no era suya sujetaba con fuerza su corazón hasta aplastarlo.
Su mente, que ya no le pertenecía, no iba a permitir perder esa batalla no buscada.

jueves, 1 de septiembre de 2016

Río a ninguna parte

Cerró los ojos. Con fuerza. Hasta que dolió.
Sólo así podía escuchar el agua resbalando por las suaves piedras, susurrándole palabras de consuelo en el idioma de los ríos. Todo era azul con los ojos cerrados; el cielo sin nubes y la brisa con olor a vida.
Los abrió y el pequeño cervatillo que pastaba en la orilla ya no estaba. A cambio un monstruo de ojos amarillos y dientes mortales lo miraba quedamente. Y las aguas, antes límpidas y cantarinas, eran de un líquido rojo y maloliente. —Exactamente como olería el infierno si existiese —pensó.
La noche alcanzó a la oscuridad y el pantano se llenó de ruidos extraños, lamentos, voces de seres inverosímiles. El monstruo seguía mirándolo, con ojos que se saben vencedores antes siquiera de comenzar la batalla.
A pesar de estar atrapado en el barro consiguió mirar un instante al cielo, con la esperanza de poder ver por última vez, entre las infinitas estrellas, aquella que llamaban Sol.
El demonio de ojos amarillos comenzó a avanzar hacia él. Despacio. No tenía prisa, lo sabía.
Cerró los ojos nuevamente. Tan fuerte que unas lágrimas de su río azul escaparon, contaminándose con la atmósfera emponzoñada.
Apretó con rabia los párpados y vió a su cervatillo; y el fresco aire le acarició la cara.

domingo, 22 de mayo de 2016

Podría ser yo. Podrías ser tú.

No tengo nada.
Ni voz.
Ni sonido.
Y todo lo que veo
está oscuro, sucio
y empañado por las lágrimas.

miércoles, 4 de noviembre de 2015

El llanto de un árbol

Pequeñas gotas amarillas
caen de las hojas marchitas.
Despacio.
Con tic-tac de fuentes dormidas,
con llantos de sombrío invierno.

El árbol llora lágrimas de seda
porque sabe que su muerte se acerca.
Despacio.
Con tic-tac de primavera perdida
y de madera vieja y olvidada.

jueves, 7 de mayo de 2015

Dragons in the night

Then, when my eyes swims in the warmly night and I walk tiptoe around the sweet unconsciousness, the darkness begins to light and the dragons comes to fly.

jueves, 26 de marzo de 2015

Mi camino

El camino es escarpado y siniestro, como un corazón sin risas.
Cada paso lacera mi alma.
Pero a pesar de que conozco el final, y sé que es sombrío, sigo hacia delante porque es mi camino.
Lleva mi nombre grabado en sus piedras.